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  • Foto del escritorJosé Guillermo Ros-Zanet

DE LA POLÍTICA Y LA SOCIEDAD MORAL

Actualizado: 5 mar 2021




1. DE LA POLÍTICA:

P. Valéry dijo: “La Política ha sido durante mucho tiempo el arte de impedir a los ciudadanos interesarse en los asuntos que le conciernen. Y se ha convertido en el arte de interrogarlos sobre lo que ignoran”.


Hoy, como desde hace más de un cuarto de siglo, la Política se sigue manejando con “medias verdades”, o con “cuartas verdades”… O con ninguna verdad.


¿Es el empobrecimiento paulatino de la Política?


Nuestros políticos -hay algunas excepciones- parecen especializarse en la utilización de un lenguaje (casi un “argot”) de contrasentidos y de sinsentidos… Ocultamiento de la Verdad.


Por causa de este fenómeno (de fraude), no sería de extrañar que un día cualquiera la gente (el País entero) tomará en sus manos el derecho a interesarse en los asuntos que realmente le conciernen, y exigir la solución eficaz, de los problemas integrales del País.


No será una revolución. Será la rebelión de la Inteligencia, del Conocimiento, de la Verdad, de la Justicia, de la Probidad, del Trabajo, de la Imaginación, de la Responsabilidad.


Rebelión contra el fraude, la corrupción, la mentira, el paternalismo de Estado, el estado de paternalismo, la venalidad, la injusticia, el negociado, el periodismo aberrante, la pornografía rampante (ostentosa hasta la saciedad y la suciedad), etc., etc…


Será la “puesta en cuestión” de la sociedad global.


Rebelión contra una sociedad en la cual la hibridez de los medios de producción y de las relaciones y modos de producción (dependencia económica, leyes laborales ANORMALES, etc.), han terminado por empobrecer, dañar y enfermar el mundo del trabajo: hoy el trabajador tiende a ser un débil económico, cultural, social y moral…


La meta es el dinero, parece ser; y no los principios superiores del humano vivir.


Rebelión contra una sociedad que pone a Dios a un lado, para hacer posible, oscuramente, una cómoda sociedad permisiva; porque, como sugiriera Sartre: “Cuando Dios no existe, todo está permitido”.


Recordemos que Marx pretendió negar a Dios, y propuso entonces deificar al hombre, y por eso exclamó: “El hombre será para el hombre el ser supremo”, pero terminó negando, también, al Hombre, en nombre del Estado, de la masa, de la Historia, del Partido.


“Para el hombre el Estado será el ser supremo”, era, realmente, la máxima escondida tras la absurda frase anti-teísta.


Buscaban la muerte de Dios, pero encontraron la muerte del Hombre. Nacía una nueva religión: su Dios era el Estado. Y tenía profetas.


Y hoy somos una sociedad donde parece no existir la Justicia, y en donde, cada vez más, se vive en un como desierto moral. Y reina una gran confusión en la Poli y en la Política.


Tres cuartos de siglo de materialismo hicieron posible, en la Política, la existencia de los híbridos infecundos: el totalitarismo liberal, las revoluciones conservadoras, los despotismos analfabetos, y los cristianismos marxistas.


Sendas de inmovilismos y de inmoralismo social… Y para que una sociedad pueda vivir en Paz, en Armonía, en Justicia, en trabajo creador, se ha de vivir (hemos de vivir) de acuerdo con la Gran Ley Moral, y con la Verdad.



2. DE LA SOCIEDAD MORAL:

El Hombre, al nacer, trae en su ser un sentido del Bien y del mal; de modo natural, y sobrenaturalmente. La Ley Natural… la moral cristiana es la culminación de la gran Ley Moral Natural.


A través de los siglos, sabiduría y experiencia de los Pueblos y de la Humanidad, se ha utilizado la Ley (de los Hombres), de la Educación y la Religión para llevar al hombre por la senda del Bien, por la senda Moral.


Porque si la Cultura Occidental ha podido llegar a las fronteras del siglo XXI es porque algunos hombres conservaron (y conservarán) el apego a la Gran Ley Moral.


El materialismo hizo posible una extraña sociedad de la mentira, y permisiva.


Y hoy crecen el crimen y el delito, el egoísmo y el odio…


Un extraño hombre nuevo. En el corazón de este nuevo hombre, habitante de la Sociedad Permisiva (en el corazón de este mutante humano) no existe el sentimiento de culpa: Este “nuevo hombre” es “El separado de la Humanidad”, el Sub-Humano. “La mayor bestia del mundo”. Es un ser que no siente temor de Dios ni del Verdugo…


Es el delincuente que se torna testigo “gozoso” de la impunidad del delito. Como la Justicia Terrenal no lo alcanza, cree que la Justicia Divina tampoco lo alcanzará… Y desde estas premisas podemos imaginar las tenebrosas consecuencias.


Se dice que la Democracia es un sistema de leyes (justas), y de hombres justos; pero en nuestro país hemos olvidado, parece ser, esta inmensa verdad.


Y hemos olvidado, tal vez, que, en materia legal, no basta sólo el debido y justo proceso, sino también el rigor de la Ley, y la pena humanamente aplicada, y con rigor cumplida.


El destino y eternidad de nuestro país (de las sociedades) está en el despertar del sentido moral en el Niño, desde su nacimiento (y aún desde mucho antes), mediante el hondo hacer y quehacer de los tres universos claves de la educación integral del Niño (del Hombre):

la Buena Familia, la Religión viviente y el Buen Sistema Educativo.


Sólo así tendremos Destino y Eternidad.

Agosto 2000

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