La Belleza, el Bien, la Verdad, la Bondad, la Justicia, la Libertad, la Caridad, la
Dignidad, la Probidad, la Comunión Fraterna, la Intuición y la Razón, se hicieron realidad, se hacen realidad, y seguirán haciéndose realidad en un mundo de injusticias, de opresión, de inhumanidad, de irracionalidades, y lleno de egoísmo, de odio y de maldad...
Libertad y Verdad son Dones, Gracias, Voluntades, y más.
La existencia real de los valores superiores del espíritu sólo puede darse en medio de la Libertad. La Libertad no es un tema de nuestro tiempo; la Libertad es un tema de todos los tiempos.
Y la Libertad no es una maldición, ni es una condenación; tal como la concibió, sobretodo, el Existencialismo Francés.
"El Hombre está condenado a ser libre", exclamó Sartre...
En la Interioridad del ser, en la Interioridad del espíritu, el Hombre es libre de escoger. No está, el Hombre, condenado a escoger.
Pero la Libertad del Hombre ha de ser Libertad para escoger la Libertad: es decir, el Hombre es Libre para escoger aquello que no le cierre la Libertad de seguir escogiendo libremente.
La Libertad no impone la Libertad. La Libertad posibilita la Libertad.
Tertuliano nos dejó dicho: "Es impropio de la Religión imponer la Religión".
Acaso podríamos decir, entonces, parafraseando a Tertuliano: "Es impropio de la Libertad imponer la Libertad".
Toda elección Libre del Hombre Libre, debe hacer posible la Libertad.
Toda elección libre para hacer posible la Libertad es, esencialmente, individual, personal e intransferible.
Los pueblos se hacen libres por la Libertad de sus Hombres Libres.
En el Arte excelente, Bien, Verdad y Belleza se hacen UNO. Así, en la vida superior del hombre y de los Pueblos, Bien, Verdad y Libertad, también han de hacerse UNO.
La Libertad no es propia de la multitud, ni de la horda, ni de la muchedumbre.
La muchedumbre, la multitud, la horda depredadora, la manada humanoide, la masa informe, son organismos descerebrados; son como un colosal dinosaurio microcefálico...
La masa no se gobierna a sí misma. Es gobernable. No hace uso de la razón... La mueve el instinto... Es empujada o es arrastrada por una fuerza exterior, nacida del egoísmo y del odio.
Monstruo anencefálico, va dando coletazos de furia mientras es arrastrado por entre el vergel de la Vida...
El Hombre y los Pueblos no pueden haber caminado a lo largo de los siglos, sometidos al instinto o al azar; ni a una condenación.
Creo que el Hombre y los Pueblos superiores son libres de elegir su camino y su historia... "y la Verdad os hará Libres". Tal es el camino y la Vida...
Todo parece tan claro, y, sin embargo, cuanto temor a la Verdad anida en lo más profundo, y en lo más exterior del Hombre, en nuestra contemporaneidad.
Desde hace más de un cuarto de siglo estamos viviendo, en nuestro país, el apagamiento (el ocultamiento) de la Libertad (y de la Verdad, la Justicia y la Dignidad).
El vacío de Libertad, de Verdad, de Justicia y de Responsabilidad (que dejan y provocan los hombres y los pueblos, por temor y por falta de Voluntad de Destino y de Historia), lo llenan oscuramente los grupos de oportunistas, los pícaros, y los malos partidos políticos; o la manada humanoide y la horda depredadora, que viven al acecho de la menor debilidad de la presa; o de su parálisis de terror.
Recordemos que en medio de la manada humanoide o de la muchedumbre, no alienta la Libertad. Allí solo reina el instinto de la bestia carnicera.
Estos Grupos de asaltadores enferman la Vida superior de los gobiernos y de la Sociedad.
Una enfermedad de los Gobiernos y de las Sociedades, y que puede llegar a contagiar al Estado y a la Nación...
El Ser Nacional y el Ser Personal tienen que ser rescatados desde la Libertad, la Justicia, la Dignidad, la Probidad, la Comunión Fraterna; desde una vocación profunda de Verdad, de Voluntad y de Historia: de Eternidad y Destino.
octubre 1998